Volver al Blog

Héroes silenciosos: por qué la gente de sistemas salvó el mundo en cuarentena

Héroes silenciosos: por qué la gente de sistemas salvó el mundo en cuarentena

Llevo tres semanas trabajando desde casa y ya quiero tirar mi laptop por la ventana. Se cuelga cada vez que abro Photoshop con Chrome de fondo, me desconecto de las videollamadas cuando mi vecino prende el microondas, y ayer pasé dos horas intentando conectarme a la base de datos porque se me olvidó que había cambiado la contraseña la semana pasada.

Mientras tanto, Eduardo Ávila (todos le decimos Washito) está ahí, calmado como siempre, manejando el sistema de información de no sé cuántas empresas del grupo como si esto del teletrabajo fuera pan comido.

El hombre que nunca se estresa

Washito es el gerente de sistemas de la empresa donde trabajo. Maneja el IT de la aseguradora, el broker de seguros, el área de electrodomésticos, vehículos, cartera y cobranza. Básicamente, si algo tiene que ver con tecnología en este grupo empresarial, pasa por su escritorio.

Y lo hace con un equipo de máximo 9 personas.

Yo me aparezco en su oficina sin avisar al menos tres veces por semana. "Washito, necesito acceso al cPanel para actualizar la versión de PHP del sitio de seguros", "Washito, ¿me das permisos para la base MySQL de la campaña nueva?", "Washito, se cayó el servidor otra vez".

El tipo nunca me ha dicho que no. Nunca se ve estresado. Siempre encuentra tiempo para resolver lo que necesito, aunque esté en medio de una crisis con los cuadres de contabilidad de fin de mes.

Marzo del infierno

Cuando el gobierno anunció la cuarentena el 16 de marzo, pensé: "Se acabó todo". Mi laptop personal de 4GB de RAM apenas aguanta mis landing pages básicas. ¿Cómo iba a trabajar desde casa? ¿Cómo íbamos a hacer las campañas de Google Ads? ¿Cómo iba a subir los cambios al sitio web?

Washito ya tenía todo listo.

No sé cuándo lo hizo, no sé cómo lo planificó, pero el lunes 23 de marzo todos teníamos acceso remoto a lo que necesitábamos. Las videollamadas de Teams funcionaban perfectas mientras Skype se caía cada cinco minutos y Zoom no daba abasto.

Mientras el mundo se desmoronaba

Las primeras semanas fueron caóticas para todos. Los clientes llamaban desesperados porque no podían acceder a sus facturas, los vendedores no sabían cómo hacer las cotizaciones desde casa, el equipo de cobranza tenía problemas con el sistema de gestión.

Yo estaba haciendo malabarismos para mantener las campañas publicitarias funcionando desde mi laptop que se cuelga si abro más de cinco pestañas en Chrome. Cada cambio en una landing page me tomaba el triple de tiempo porque el Photoshop se iba a almorzar cada vez que intentaba exportar una imagen.

Llamaba a Washito todo estresado: "Washito, se cayó el cPanel otra vez, no puedo subir los cambios del sitio".

"Ya lo veo, dame cinco minutos", me decía con esa tranquilidad que a veces me da rabia porque yo ya estoy al borde del colapso nervioso.

En cinco minutos, todo funcionaba otra vez.

El arte de no volverse loco

Lo que más me impresiona de Washito no es que sepa mucho de tecnología. Hay mucha gente que sabe de tecnología. Lo que me impresiona es que nunca lo he visto perder la calma.

Yo por menos me estreso muchísimo más. Si se me cuelga la computadora mientras estoy haciendo una campaña publicitaria, ya estoy maldiciendo en tres idiomas. Si el gerente de una de las líneas me pide cambios de último minuto en una landing page, entro en pánico porque sé que mi laptop no va a aguantar.

Washito maneja crisis de servidores, caídas de red, actualizaciones de sistemas críticos, y problemas de conectividad de mas de 300 empleados trabajando desde casa, y sigue ahí, tranquilo, resolviendo todo paso a paso.

"¿Cómo haces para mantener la calma?", le pregunté la semana pasada.

"Si me estreso, no pienso bien. Si no pienso bien, tardo más en arreglar las cosas", me dijo mientras tomaba café como si fuera el día más normal del mundo.

Los verdaderos héroes

Todos hablan de los médicos y enfermeras como héroes de esta pandemia, y tienen razón. Pero nadie menciona a la gente como Washito.

Mientras nosotros nos quejamos porque la internet está lenta o porque Teams se colgó en medio de una reunión, hay personas que están trabajando 12 horas al día para que podamos seguir haciendo nuestro trabajo desde la sala de la casa.

Sin Washito y su equipo, yo estaría vendiendo empanadas en la esquina porque no habría forma de mantener las campañas publicitarias funcionando. El área comercial no podría hacer ventas porque no tendría acceso al sistema. Contabilidad estaría llevando todo en cuadernos.

La empresa entera se habría ido a pique en marzo.

Reconocimiento donde se debe

No sé si Washito lee este blog (probablemente está muy ocupado configurando algo que yo ni siquiera sabía que existía), pero necesitaba escribir esto.

Hay gente que está salvando el mundo silenciosamente, sin que nadie se dé cuenta, sin que aparezcan en las noticias, sin que los aplaudan desde los balcones a las 8 de la noche.

Son las personas que hacen que la tecnología funcione cuando más la necesitamos. Que convierten nuestros berrinches de "no me conecta" en soluciones reales. Que nos permiten seguir trabajando, seguir produciendo, seguir adelante cuando todo parece que se está cayendo a pedazos.

Así que la próxima vez que tu internet funcione perfecto en medio de esta cuarentena, que puedas hacer una videollamada sin problemas, que tengas acceso a tu trabajo desde casa, acuérdate de que hay alguien como Washito detrás de todo eso.

Alguien que probablemente está más calmado que tú, aunque tenga mil veces más responsabilidades.

Gracias, Washito. Y gracias a toda la gente de sistemas que está haciendo posible que esto funcione.

Sin ustedes, estaríamos perdidos.

C

Sobre Carlos Donoso

Full Stack Developer y AI Engineer apasionado por crear soluciones innovadoras. Me especializo en desarrollo web moderno, inteligencia artificial y automatización. Comparto conocimiento para ayudar a otros developers a crecer en su carrera.

Comentarios

Comparte tu opinión

0/1000 caracteres

No hay comentarios aún

Sé el primero en compartir tu opinión sobre este artículo.

¡Enlace copiado al portapapeles!